Envuelto para llevar by Nisha Scail

Envuelto para llevar by Nisha Scail

autor:Nisha Scail [Scail, Nisha]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 2012-08-31T16:00:00+00:00


CAPÍTULO 12

No volvería a mirar aquellas estanterías de la misma forma.

En realidad, ni siquiera volvería a ver su dormitorio con los mismos ojos.

El sonido del taladro reverberaba en la habitación mientras Riel llevaba a cabo una tarea que debería haber sido terminada la semana anterior por el hermano de Eireen, su ancha espalda ofrecía un fabuloso espectáculo, los muslos se contraían y expandían al compás de sus movimientos, mientras colocaba los estantes en su sitio y los atornillaba a la pared. El intrincado tatuaje que discurría por su columna como un cordón de espinas se había convertido en un punto de interés para ella, sabía que descendía hasta el comienzo de sus nalgas, extendiéndose en un arco partido a ambos lados, solo para envolverse como una serpiente en su muslo izquierdo. Era el mismo tatuaje que le cubría el costado, ascendiendo hasta el cuello… y si no estuviese tan agotada por los sucesivos orgasmos y práctica de sexo de la noche, hubiese jurado que por un instante creyó verlo también en su rostro, discurriendo desde la comisura de uno de sus ojos, por su mandíbula hasta unirse al del cuello.

—¿Vas a quedarte ahí mirándome o puedo tener la esperanza de que vengas a echarme una mano?

Las palabras de Riel la sacaron de su ensoñación, alzando los ojos lo encontró mirándola por encima del hombro.

Con una suave sonrisa, deslizó las piernas por un lado de la cama, bajándose los faldones de la camisa masculina que apenas le cubría las nalgas, se había remangado las mangas a la altura de los codos y la uve de la misma dejaba una generosa porción de sus pechos al descubierto.

—Haré el esfuerzo —prometió posando los pies en el suelo, solo para hacer una mueca después de dar dos pasos—. Uff… debería de haber una norma que dijera cuando parar para poder seguir caminando a la mañana siguiente.

Riel esbozó una presumida sonrisa mientras sujetaba la banda de madera en el lugar que debía ser atornillada.

—Creo recordar que te avisé anoche de ello.

Una sonrisa irónica curvó los labios femeninos.

—En realidad, lo que dijiste es que no podría caminar —le corrigió Eireen caminando lentamente hasta él, solo para alzar la mirada y añadir con una mueca— y lo que más me cuesta es sentarme.

La sensual mirada en sus ojos dorados hablaba sin necesidad de palabras, enviando deliciosos escalofríos por su cuerpo, le encantaba que la mirase de esa manera, haciendo que se sintiera hermosa, femenina y deseada.

—¿Qué hago? —preguntó mirando la balda que él estaba sujetando.

—¿Llegas? —preguntó dejándole sitio, para ver si podía alcanzar la balda y mantenerla firme en el lugar para poder atornillarla. Eireen tomó su lugar y la alcanzó sin problemas.

—Sí —aceptó rozando las nalgas desnudas contra la parte delantera del pantalón del hombre, notando nuevamente su erección. Una coqueta mirada por encima del hombro y una delicada ceja arqueada fue la única pregunta que se permitió hacerle.

—Créeme, hermosa, estoy totalmente saciado —aseguró ayudándole a mantener la banda en el ángulo correcto—, aunque si quieres hacerme una mamada, no me opondré a ello.



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